Enseñar a nuestros pequeños a comportarse en una mesa, puede garantizarnos una apacible comida de Navidad.
Se acerca la Navidad y con ella todos sus preparativos. Los niños se convierten en los principales protagonistas de estas fechas y por este motivo, no podemos pasar por alto que su comportamiento puede llegar a condicionar cualquier celebración navideña. Quizás hace tiempo que no nos reunimos con nuestros familiares o amigos y nuestro principal objetivo debería ser disfrutarlo. Pongámonos, entonces, manos a la obra.
La edad no debe ser una excusa. A partir de los dos y tres años un niño es una esponja. Asimila con rapidez todo lo que le enseñamos. También aprenden por imitación. Es un buen momento para enseñarles cierto comportamiento en la mesa.
Somos conscientes que los niños son inquietos y traviesos por naturaleza. Sabemos que a veces terminan con nuestra paciencia y que desobedecer es algo innato a ellos. Pero no debemos perder la calma. Lo que les enseñemos a esta temprana edad, pronto dará sus frutos.
7 pautas para comportarse en la mesa durante la comida de Navidad y por supuesto, en cualquier otra ocasión:
- Lavarse las manos antes y después de comer. Por motivos higiénicos es imprescindible.
- Deben respetar el lugar asignado en la mesa. Debemos enseñarles que cada cual tiene un lugar y ha de respetarse. Las sillas y las mesas no son para jugar.
- A no ser que sea muy pequeño, debe empezar a utilizar los cubiertos y no las manos.
- Debemos enseñarles a comer con la boca cerrada.
- La comida debe permanecer en el plato y no desparramada por la mesa. La comida no es un juguete.
- Debemos enseñarles a comer solos lo antes posible. La autonomía en este aspecto les ayudará en su crecimiento personal.
- Siempre y siempre, por favor y gracias.
Obviamente debemos transmitirles que pueden equivocarse y nosotros, los mayores, aceptarlo, corregirlos y comprenderlos con mucho amor y cariño. Repetir la pauta cuantas veces sea necesario.
En Restaurante Granja Santa Creu sentimos un profundo respeto por la comida. Creemos firmemente que, si trasmitimos este valor a nuestros pequeños, disfrutarán del placer de la gastronomía de mayores. Los hábitos son imprescindibles. Fomentemos el arte de la gastronomía desde el momento que sea posible.
Y sobre todo, disfrutemos de las comidas y cenas de Navidad con nuestros familiares, amigos y con nuestros pequeños.
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